Steve Wynn, conocido multimillonario propietario de varios hoteles y casinos, también tenía debilidad por las obras de arte.
El mega magnate se levantó una mañana sin saber lo que ese día tenia preparado para el. Comenzó su día como siempre lo hacia, se levanto a desayunar y luego a la oficina a atender sus negocios, entre los cuales estaba uno demasiado importante para él: se iba a desprender de una obra de arte invaluable, un Picasso auténtico, iba a vender el “Le Rêve” (“El Sueño”) del pintor español Pablo Picasso.

Días atrás había cerrado el trato con su comprador, otro fanático coleccionista, en unos 139 millones de dólares, la obra pintada en 1932 descansaba en la oficina que Wynn tiene en Las Vegas, hasta el día de la venta.
Esta obra, según dicen los allegados al magnate, era su favorita, tanto era así que tenía en mente ponerle el nombre de la pintura a su nuevo hotel próximo a inaugurarse, pero se tuvo que conformar con bautizar al nuevo hotel con su apellido. El motivo? Muy simple, esa misma mañana, al llegar a su oficina se reunió con algunos amigos y conocidos que se dieron cita allí. El millonario, hasta ese momento contento por la venta de la pintura, estaba mostrándosela a los allí presentes y sin darse cuenta al girar le propino un certero codazo a la pintura, agujereando el lienzo justo en la mitad de la misma (¡¡!!).

El silencio ocupó cada centímetro de la habitación, nadie quería emitir palabra alguna, hasta que el mismo Wynn se despertó de su pesadilla y dijo rompiendo el silencio: “ puta madre!…bueno, por lo menos fui yo…”, así lo relató en su página de Internet una conocida guionista de películas que se encontraba allí en ese momento.
Así fue como este mega magnate frustró la venta de esta exquisita pintura que después del incidente carece de valor, es así como “El Sueño” de Pablo Picasso se convirtió en “La Pesadilla” de Steve Wynn.